martes, 6 de diciembre de 2011

Economia

España ha conseguido en treinta años transformarse política, social y económicamente. Ha logrado ser un país avanzado y superar décadas de aislamiento y retraso. Hoy es un país moderno, se ha convertido en modelo de transición política a la democracia para muchos países de América Latina y del antiguo bloque del Este. Ha dejado en el olvido el deseo de algunos de ser «la reserva espiritual de Occidente» y con un ejecutivo en donde el número de ministras supera al de ministros, España se ha situado a la cabeza de Europa en gobiernos paritarios, detrás de Finlandia. España también se convirtió en el tercer país del mundo en legalizar el matrimonio homosexual al permitirlo en julio de 2005. Se ha convertido en un país de acogida, después de que durante décadas los españoles emigraran en busca de trabajo y mejores condiciones de vida en el exterior. El desarrollo económico ha atraído a más de cinco millones de extranjeros para trabajar en los cuatro millones de puestos de trabajo que se han creado en los últimos años. Igualmente ha sabido crear empresas y marcas multinacionales que, gracias a su capacidad de innovación, se han posicionado y revolucionado sus respectivos sectores. Todos estos cambios, España los ha hecho en pocos años. Ahora le está pasando factura una crisis interna que se superpone a la crisis mundial. Esto prueba la mayor sincronización de la actual economía española con los ciclos internacionales. Son fortalezas y debilidades que España tendrá que contemplar para superar la crisis y salir fortalecida.

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